El colorete o rubor ciertamente ha sido desde siempre uno de los cosméticos más básicos en la rutina de belleza de cualquier mujer, sin importar la edad que tenga. Añadir un toque de color a las mejillas era también uno de los trucos preferidos de las mujeres siglos atrás, cuando incluso acostumbraban pellizcarse los pómulos para obtener ese brillo saludable que contrarrestaba la palidez. Afortunadamente hoy es más sencillo e incluso puedes usar tus rubores para quitarte unos cuantos años de encima.

Eso sí, debes tener mucho cuidado con los colores que usas y las zonas en donde te lo colocas, si no quieres terminar luciendo el efecto contrario. Por eso es que realmente te conviene seguir la pequeña guía que he incluido a continuación.

Luce más joven con ayuda de tu rubor

Los colores y su función

Cuando vamos a las tiendas de belleza, no es de extrañar que en un principio podamos sentirnos abrumadas por la gama tan amplia de tonos que hay para este cosmético. Estas son las pautas que debes tener en cuenta a la hora de elegir uno para ti:

• El rubor rosa siempre es el más efectivo para verte joven. Este color siempre es una elección segura para todas las edades, ya que es un tono para nada recargado y que le aporta un toque muy dulce y lozano a la piel. Las pieles claras pueden optar por tonalidades suaves como el rosa palo, mientras que las pieles oscuras se verán muy beneficiadas con rosas más intensos, en tanto se difuminen cuidadosamente.
• El rubor en colores melocotón, terracota y durazno es genial para resaltar tu bronceado. Debido al subtono naranja con el que cuentan no son los más adecuados si tu tez en muy blanca, pero si tienes un tono de piel intermedio o moreno, no dudes que te van a venir de perlas. Si te has bronceado también puedes usarlo para resaltar la parte alta de tus pómulos y esculpir tus rasgos.
• El rubor rojo le brinda un toque saludable a tu cutis. Este color es el más temido de todos, ya que mal aplicado puede resultar recargado y de mal gusto. Sin embargo no tienes que huir de él si aprendes a difuminarlo para darle una apariencia natural. Queda bien tanto en pieles claras como morenas, ya que le brinda un toque jugoso y muy sano al rostro.

Escoge un rubor conforme a tu tipo de piel

Así como los colores pueden jugarnos una buena o una mala pasada, hay que decir que el acabado de los mismos también puede ser nuestro mejor aliado o un gran enemigo. Por eso es imprescindible que tomes en cuenta que tipo de piel es la que tienes:

• Los rubores en polvo son la opción más recurrida. Esto se debe a que son ideales para las pieles grasas, normales o mixtas. Los polvos tienen una mayor duración sobre un cutis graso, manteniendo mejor su color y evitando tapar los poros gracias a que cuentan con una textura sedosa y ligera. Eso sí, antes conviene que hayas aplicado tu hidratante para prevenir la resequedad.
• Los rubores en crema pueden ayudarte a mantener mejor tu hidratación. Si la piel de tu rostro es muy seca, lo mejor que puedes hacer es optar por un producto cremoso y con ingredientes naturales, que se deslice suavemente sobre tu cutis y se mezcle con tu tez a la perfección. Estos rubores no están recomendados para piel grasa, debido a que cuentan con una fórmula más pesada que los coloretes en polvo.
• Los rubores en gel son otra alternativa cuando tienes serios problemas de acné. En caso de que tu piel sea demasiado grasa y padezcas con frecuencia de problemas como brotes y espinillas, deberías considerar los formatos en gel. Son muy recomendables debido a que cuentan con un gran porcentaje de agua y no tapan tus poros.

Algunos tips para esculpir tu cara

Dependiendo de la edad que tengas o la forma de tu rostro, puedes hacer uso de los siguientes trucos para tener un mejor aspecto solo con el maquillaje:

• Resalta la parte alta de tus pómulos para parecer más joven. Toma unos cuantos polvos bronceadores y úsalos para marcar suavemente la parte inferior de tus mejillas, justo donde se hunden. Estos deben ser máximo dos tonos más oscuros que tu tez. Después de esto, solo tienes que usar tu colorete habitual en la parte superior de tus pómulos. Tu rostro se verá más joven y saludable.
• Usa el rubor para aportarle volumen a tu cara. Conforme vas envejeciendo, tu rostro tiende a parecer más delgado y a delatar la edad que tienes en realidad. Tú puedes combatir este efecto añadiendo un poco de color en esas zonas que han perdido su volumen, aplicándolo con movimientos circulares en el centro de las mejillas y desde ahí, esparciéndolo hasta los oídos.
• Obtén un look muy natural y dulce coloreando el centro de las mejillas. Si te ves demasiado pálida o bien, piensas que necesitas más volumen para quitarte unos cuantos años, siempre puedes colorear tus manzanitas con rubor; esa zona que se levanta naturalmente cuando sonríes. Este truco no es apto para caras redondas, ya que tiende a enfatizar más el volumen de las mismas.
• Si tu rostro es muy cuadrado puedes darle una apariencia más ovalada. Todo lo que tienes que hacer es aplicar una tenue línea de rubor bajo el hueso de los pómulos, en las sienes y el centro de las mejillas. A continuación esfúmalo todo hasta que el color luzca como si saliera directamente de la piel.
• Si tu rostro es muy redondo también lo puedes afinar. Todo lo que debes hacer es colorear la parte alta de los pómulos y llevar el color hasta las sienes, formando una C con la brocha. Después de esto, no te olvides de oscurecer con un bronceador la zona debajo del hueso de cada pómulo y la parte baja de la mandíbula, donde está la papada.

¿Conoces otros tips para sacarle el máximo partido al rubor?